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¡Qué cosa, la cosa pública! |
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Eduardo Rinesi
Un nombre y sus circunstancias de más de dos milenios vuelven a presentarse en la actualidad argentina, como lo habían hecho ya en “La trama”, de Borges. Como siguiendo las enseñanzas de Maquiavelo, este libro hace de la lejanía histórica y geográfica (de la distancia que nos separa de la Roma del siglo I antes de Cristo) un motivo propicio para pensar el presente. El vínculo de Julio César con la república romana ha sido visto, en general, como de oposición y clausura. Este libro reabre una contienda con ese bloque, sólido y hegemónico, de interpretaciones, porque se resiste a entregar la palabra república a la parte rica y poderosa de una sociedad, que supo usarla, que sabe usarla, como escudo para sostener sus privilegios. |
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Hartmut Böhme
Fetichismo y cultura es una excelente guía introductoria a los usos del primer concepto y una caladura crítica en nuestras preconcepciones del segundo. Texto sui generis, que no pretende disimular sus caprichos ni exaltar sus hallazgos, informativo y polémico a la vez en tanto reconstruye pensamientos ajenos aparentemente afines para impugnarlos o relativizarlos, también puede leerse al revés, como una crítica del fetichismo y una guía a la cultura actual, porque en el fondo desmantela la interrelación de ambos elementos en tanto prácticas sociales, convencionales y contingentes, vale decir, artificiales.
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Eduardo Grüner
¿Cómo podemos seguir siendo comunistas sin adherir a la apología del imperialismo modernizador, la barbarie calculadora y las premisas epistémicas que los sustentan? Cuando Walter Benjamin deploraba el mesianismo progresista de la socialdemocracia e imaginaba la revolución como un freno de emergencia que detenía el tren capitalista, aludía a esta cuestión. Y cuando Grüner encuentra hoy un “punto de cruce” entre la “cuestión de la técnica” de Heidegger y la “razón instrumental” de Adorno no sugiere algo diferente. No sabemos hoy si el freno existe, pero la emergencia, sí, seguro. |
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Christoph Menke
El estatuto abierto del significante permite actuar en una coyuntura cuya menesterosidad requiere de una indagación acerca de las palabras que mejor quepan para describir la experiencia del derrumbe, así como el modo en que tiene que concebirse el proceso de su salida. En el día de la crisis presenta distintos niveles en los que opera esta temporalidad, siendo la relación de la libertad con su otro el núcleo de su despliegue: los lazos que condicionan al sujeto nunca pueden desatarse por completo sin que el sujeto se niegue a sí mismo. |
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